lunes, 29 de junio de 2015

No somos recursos, somos personas!!!


En la audiencia que tuvo lugar en el Ministerio de Trabajo, el 18 de junio pasado, como consta en el acta que difundiéramos tuvimos que volver a reiterar denuncias por acoso o maltrato laboral, tomando los ejemplos dados en la Agencia Pedro Goyena, advirtiendo que de persistir deberíamos decidir un paro de actividades.

No pasaron quince días que el viernes 25 de junio en la Sucursal Haedo, dependiente del mismo Gerente  Zonal responsable de Pedro Goyena, se registró un grave incidente con notorias evidencias de abuso de posición dominante, disturbios de conducta, coacción, discriminación y divulgación de rumores calumniosos hacia más de un trabajador, y en particular contra una compañera que tuvo una aguda crisis de nervios.

Ese, y la falta de una respuesta a nuestro reclamo por parte de las autoridades correspondientes, fue el motivo de la asamblea que se desarrolló en Haedo el viernes 26 durante la jornada. Contemporáneamente, en uno de los hechos similares a los registrados en Pedro Goyena  que estamos registrando, se conoció un nuevo caso en el que un compañero que se desempeñó durante 5 meses y tres semanas como Tesorero, fue anoticiado con anticipación  por el Gerente Zonal que era trasladado de San Martín a  Villa Adelina para no reconocerle la categoría correspondiente a sus funciones (lo que no quedará así).

Son sólo ejemplos. Hechos de violencia laboral también se registran en áreas centrales,  a veces con participación de las tercerizadoras abocadas al negocio del fraude laboral.

El Banco ha sido exhortado el 18 de junio por el Ministerio de Trabajo al inmediato cese de tal comportamiento. Esperamos que las autoridades actúen en consecuencia.

La violencia laboral perjudica no sólo a las personas sino a la propia empresa, en general  se manifiesta  cuando la línea jerárquica media  no sabe cómo alcanzar objetivos imposibles de cumplir, debido a insuficiencias cualitativas de los “productos” o metas desmedidas que se establecen, por afán crematístico o para no pagar remuneraciones, y tratan de lograrlo metiendo presión a los trabajadores que supervisan.

Advertimos públicamente que tales objetivos imposibles de cumplir  fijados por la alta gerencia constituyen para los especialistas una reconocida práctica nociva de violencia psicológica.

Una nueva manifestación, por ejemplo, de esta práctica se da cuando sistemáticamente se hace imposible el trabajo en equipo y se sobrecarga masivamente la tarea de un oficial comercial  o de los cajeros  para que otros trabajadores se dediquen en exclusiva a atender a unos pocos clientes de calificación privilegiada.

Es cierto que hay  trabajadores que durante un tiempo alcanzan, con esfuerzo extraordinario, alcanzan los objetivos. Más temprano que tarde la inmensa mayoría padecerán situaciones de stress y en bastantes casos del denominado “síndrome del quemado” que muy posiblemente, con consecuencias físicas y psicológicas, esté afectando a más de una persona en la Agencia Haedo, y a sus familias.

Las autoridades  muchas veces presionan a nuestra Comisión  Gremial manifestando no explicarse el motivo de reiteradas y numerosas licencias por enfermedad. Sin embargo no acceden a nuestra solicitud de que se realice un examen anual de salud a todos los trabajadores. Asimismo la asistencia que se brinda en casos puntuales no es suficiente, y el servicio de medicina laboral no tiene la calidad suficiente.

Por qué? Porque no quieren enterarse de las consecuencias de estas prácticas sistemáticas de violencia laboral vinculada con la promoción de un enfermizo individualismo competitivo en detrimento de  la integradora tarea de equipo. En  los hechos no promueven la organización del trabajo, cosifican a las personas , reduciéndolas a la condición de recurso descartable, decisión de una intolerable violencia implícita, que transparentan en  la obscena denominación de “Gerencia de Recursos Humanos”. 

Pero, no nos olvidemos, también cosifican a los clientes a los que nosotros dispensamos nuestro trato diario de personas. Algunos no interesan, y por lo tanto hay que expulsarlos. A todos los demás, las excepciones confirman la regla, hay que derivarlos a los canales alternativos cueste lo que cueste, incluídos los cachetazos que solemos recibir. Aunque como se ha demostrado más de una vez (Bantotal no es el único ejemplo), éstos registren  notables carencias tecnológicas que derivan en clientes disgustados y en una sobrecarga laboral excesiva, que suele enfermar.

Es que  se toman decisiones contemplando solamente la ecuación económico-financiera, sin importarles el estado socioemocional de la empresa y las condiciones reales del mercado.  Es más, carentes de la creatividad imprescindible para crecer,   promueven modelos plagiados de otras entidades de distinto porte. Y reiteran la práctica de promover la  fragmentación de la organización del trabajo, en pos de los objetivos de sus centros de costos o del simple beneficio individual en el corto plazo,  sin considerar al conjunto y los riesgos implícitos.

Riesgos, insistimos no sólo para las personas, sino también para la empresa, como se verifica en la insistencia, en función supuestamente de reducir costos o reorientar esfuerzos, de eliminar elementales controles por oposición, abriendo paso a irregularidades voluntarias o no, a la simulación de que se han cumplido los objetivos, o a la violación de la legislación vigente.

Nosotros no estamos ni estaremos de acuerdo con esta violencia que origina esta manera de gestionar.  ESA VIOLENCIA DEBE DETENERSE CUANTO ANTES, la hemos resistido y seguiremos resistiendo.

No somos recursos, somos Personas.  Una vez más decimos lo que pensamos, no por mal de alguno, sino por el bien de todos.



Eduardo Berrozpe
Delegado General del Banco Supervielle
Secretario Nacional de Prensa Asociación Bancaria.